Los inmigrantes sustituyen los servicios del especialista por los de urgencias

Una investigación de la Universidad de Granada (UGR) y la London School of Economics señala que los inmigrantes residentes en España sustituyen la asistencia médica especializada por la de emergencias, servicio para el que parece existir una barrera de acceso menor. El estudio se publica en el European Journal of Health Economics.

“Existen diferencias importantes en el uso de servicios sanitarios en España en función del país de nacimiento de los individuos. En términos generales, los inmigrantes usan más los servicios hospitalarios y, sobre todo, las urgencias”, explica a SINC Dolores Jiménez Rubio, investigadora de la UGR que lidera el estudio.

Para el análisis, los investigadores compararon los datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2003 (año en el que se comenzó a clasificar a los encuestados según su nacionalidad) y 2006.

“Los españoles usan más los servicios del médico de cabecera y del especialista. Sin embargo, los inmigrantes los visitan menos porque tienen mejor salud y son más jóvenes, en términos generales, que la población española”, apunta Jiménez.

Según el estudio, que se ha publicado en European Journal of Health Economics, las diferencias que los científicos encuentran en el uso de los servicios del especialista, hospital y urgencias según la nacionalidad se deben a factores “no observables”.

La limitación del uso de los servicios del especialista se debería a distintas barreras, como las diferencias en el tratamiento de los pacientes en función de la nacionalidad, la falta de comunicación con el médico de cabecera, los horarios y otros aspectos culturales asociados al paciente.

“En el caso de los servicios hospitalarios las diferencias en uso entre españoles e inmigrantes a favor de estos últimos podrían atribuirse a la mayor fertilidad de las mujeres inmigrantes”, afirma la experta.

Abuso de las urgencias

Las personas con mayores ingresos tienden más a acudir al hospital y a los servicios de urgencia que los que tienen recursos económicos más limitados. Además, un nivel de estudios inferior al universitario aumenta la probabilidad de visitar al médico de cabecera y de urgencias, y disminuye la de acudir al especialista.

Por otro lado, la edad parece reducir la visita a todo tipo de servicios de salud, excepto el médico de cabecera. La probabilidad de acudir a los servicios especializados disminuye después de los 65 años.

“A medida que las personas envejecen, tienden a sufrir dolencias más crónicas y, una vez diagnosticadas, el tratamiento puede requerir un contacto frecuente con un médico de cabecera”, señala el estudio.

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