Según el Prof. Dr. César Nombela, catedrático de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid y director de la Cátedra Extraordinaria, “las bebidas fermentadas aportan una gran cantidad y una notable variedad de componentes saludables para la dieta humana, por supuesto siempre que su consumo sea moderado y realizado por adultos sanos”.
El Prof. Dr. Gregorio Varela, presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo, por su parte, afirma que el consumo moderado de bebidas fermentadas puede relacionarse de forma positiva con la prevención de las enfermedades crónico-degenerativas. Esta relación es debida a la interesante composición nutricional a partir de las materias primas con las que se elaboran (cereales, uva o manzana) y a los componentes bioactivos de la dieta, potencialmente numerosos en este tipo de bebidas.
Cerveza
El Prof. Dr. César Nombela destaca las propiedades del xanthohumol, un flavonoide del lúpulo presente en uno de los principales componentes de la cerveza. Diversos estudios científicos permiten atribuir a este compuesto todo un conjunto de propiedades como agente quimiopreventivo, con capacidades antioxidantes, antiinflamatorias, antimicrobianas e hipolipidémicas, entre otras. Investigaciones recientes de la Cátedra de Bebidas Fermentadas sobre los efectos biológicos de xanthohumol, empelando la levadura como modelo experimental, indican que este compuesto puede combatir el envejecimiento activando la destrucción de proteínas que contribuyen a reducir el ciclo de vida de las células.
Por otra parte, la Dra. Ascensión Marcos, del departamento de Metabolismo e Inmunonutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición del CSIC, destaca que numerosos estudios científicos han observado que el consumo moderado de bebidas fermentadas por adultos sanos puede mejorar la respuesta inmunitaria. Recientemente se ha sugerido que el efecto antiinflamatorio podría explicar en parte el efecto protector del alcohol y, en particular, de la cerveza sobre las enfermedades cardiovasculares y el sistema inmunológico. “A pesar de que algunos autores han atribuido al etanol dicho efecto, ha señalado la Dra. Marcos, parece que las bebidas fermentadas ricas en polifenoles tienen un efecto antiinflamatorio mayor que las bebidas destiladas. La gran cantidad de compuestos activos presentes en las bebidas fermentadas podrían ser, en parte, responsables de este efecto”.
Vino
En referencia a otras bebidas fermentadas, como el vino, la Dra. María Victoria Moreno Arribas, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL) del CSIC, ha investigado sobre los polifenoles de esta bebida y sus efectos en el metabolismo. Así, diversos estudios han demostrado que los polifenoles tienen un efecto beneficioso sobre el sistema cardiovascular. Además, sus diferentes investigaciones científicas concluyen que existe una tendencia de los compuestos fenólicos del vino para modular la microbiota intestinal a favor de las bacterias beneficiosas.
Por si fuera poco, existen muchos otros beneficios importantes a tener en cuenta que animan igualmente a su consumo moderado:
- Ayuda a retrasar la aparición de la demencia o Alzheimer.
- Fortalece los huesos reduciendo el riesgo de artritis y osteoporosis.
- Protege frente a la gripe y los catarros.
- Desciende el riesgo de diabetes.
- Reduce el colesterol.
- Disminuye el riesgo de cáncer de garganta y de ovarios.